Quienes se dedican al arte muchas
veces no conocen el peligro en el que viven, y lo que es peor aún: saberlo
conlleva quedarnos sin artistas. Dicho
así quizás no se entienda por eso quiero compartir este poema del escritor
cubano Luis Rogelio Nogueras (1944-1985), uno de los exponentes de la poesía
conversacional cubana.
Le digo a mi hijo
(sobre una idea de
Brecht)
Arvo Zip: 72 años.
Sus obras fueron publicadas por Ross
& Japlan,
con prólogo del gran Uleg Gosho.
Se voló los sesos en su cuarto del
Hotel Potwi
porque ya lo había abandonado la
inspiración.
Dejó carta.
Elodika Amenidofflas: 35 años.
Obtuvo el codiciado Premio Yami de Oro
por sus actuaciones en el filme Bolbe IK Sardaz.
Murió por sobredosis de barbitúricos.
Últimamente tenía problemas con los productores
a causa de los primeros planos.
No dejó carta.
Lim Pocmio: 48 años.
Maître del Naktional Simbeck Ballet
Grupi
Fue apuñalado por un bailarín del
cuerpo de baile
a la salida del aeropuerto de
Candysburg.
Walaz Telemaco: 51 años.
Escultor laureado con la Orden Oaszith
de Primer Grado.
Murió aplastado por una roca
cuando trabajaba en su Monumento a
Brancusi.
Vefargo Maddo: 39 años.
Poeta.
Su libro La edad que viene
mereció el Premio Rilke.
Murió de un infarto
mientras hacía el amor
con una joven admiradora de sus
versos.
Por eso yo siempre le digo a mi hijo:
estudia matemática, hazte agricultor o
militar
porque el arte
mata.
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