jueves, 24 de octubre de 2013

Gallo pinto


Si le comentásemos a algún conocido que vamos a preparar un «gallo pinto», pensaría en una pintura de un gallo pinto con bellos colores, genética y, el más alejado de los casos, en poderes sobrenaturales; muy pocos comprenderían que hablamos de un plato de comida típica de Costa Rica.
Los esclavos africanos, según el buen amigo tico, Luis Alonso Campos Durán, asentados en la región caribeña de Costa Rica sustituyeron alimentos de su dieta por falta de variedades hasta concluir en lo conocido hoy día como «gallo pinto».
De acuerdo con el buen amigo tico, la comida se elabora con arroz y frijoles mezclados con cebollas y otros ingredientes; también se puede acompañar con huevos fritos o tortillas y café. Por la tonalidad del acabado final de este plato, tan semejante a los colores de un gallo pinto, se reconoce con tan peculiar nombre. De modo general su preparación varía de acuerdo con la región.
Sucede entonces que el gallo pinto de su corral no peligra si desea preparar un buen «gallo pinto»; y si alguien no comprendiese el juego de palabras tan solo tiéntelo con un buen «gallo pinto».