
Ambas provienen del griego;
la primera está compuesta por el prefijo dis-
que significa dificultad o anomalía y ἄρθρον, articulación, y se usa en la medicina para referirse a la incapacidad
de articular correctamente las palabras y en padecimientos de enfermedades
nerviosas; la segunda procede de νυσταγμός, adormilarse, y también
se usa en la medicina para referirse a la anterior acepción y a afecciones del
sistema nervioso.
¡Valla cosa que encontramos al leer! Como se aprecia, son palabras que no
utilizamos con frecuencia, pues se requieren conocimientos temáticos particulares
de los campos médico, psicológico, cultural, etcétera.