Decir que la palabra folclore o folklore comparte etimología con la palabra germana Volkswagen —usada para nombrar un tipo
de carro— haría pensar a los lectores en que se ha perdido el buen talante y se
comete un dislate lexical; sin embargo, deberíamos valorar atinadamente tal
proposición.
Del vocablo
germano folkam —pueblo, y de ahí gente— y
de la forma verbal del inglés arcaico clore
—aprender— surgió folclore o folklore, que se aplicaría a la
denominación de la literatura popular: historias, cuentos, mitos, leyendas y
proverbios. El término fue propuesto en 1846 por el arqueólogo británico
William John Thoms en un artículo de la revista Athenaeum, según Ricardo Soca.
En la lengua
alemana moderna la palabra Volkswagen
conserva la realidad etimológica que le dio origen. Se trata de la voz folkam que devino volk —pueblo— que
en unión con wagen —vehículo—
resultó, para obtener una expresión propia, Volkswagen
—vehículo del pueblo—.
Quienes hablamos una lengua como el español
debemos tener consciencia de que nunca es suficiente; profundizar en la
etimología y la historia ayuda al buen conocimiento y manejo adecuado del
idioma.